viernes, 30 de octubre de 2015

Lección 5: Las despedidas

Desde antes de nacer ya nos encontramos rodeados de personas que después van a ayudar a moldearnos como seres sociales, mediante diversas conductas, actitudes, costumbres, características, etcétera, que van desde lo aparentemente más simple, como asignarnos un nombre que nos acompañará (generalmente) por el resto de la vida, hasta aspectos aún más complejos. el asunto es que con esa ayuda, el ambiente que nos rodea y el propio desarrollo vamos formando lo que será nuestra personalidad; además, en este proceso que dura toda la vida, también definimos intereses y valores. 


Cuando se es niño o niña, a lo largo de la infancia se tiene amistades muy estrechas con algunos compañeros de la escuela, vecinos, primos, etcétera, a lo que nos unen lazos de desarrollo e intereses comunes. No obstante, conforme pasa el tiempo y empezamos a crecer, de la misma manera como cambian nuestro cuerpo y nuestras emociones, también se modifica nuestro carácter o forma de ser, la manera como pensamos y/o las cosas que nos gustan y nos interesan. 

Entonces puede haber rupturas o distanciamientos con quienes eran nuestros viejos amigos y amigas, para dejar entrar  en nuestra vidas a personas que en ese momentos serán más afines a nosotros. También puede suceder que estas rupturas ocurran porque terminamos la primaria y debemos cambiar de escuela y porque nuestros padres han encontrado otro lugar mejor para nosotros, porque nos cambiamos de casa de ciudad y hasta de país. 

En estos momentos las despedidas son difíciles: hay que decir adiós a la gente que queremos y volver a empezar todo el proceso de conocer gente nueva y adaptarnos a nuevos lugares.  

Mensaje Protector: Uno de los aspectos más bellos del crecimiento es aprender a decir adiós. Así como es importante dar para unirse a una persona, lo es saber despedirse. 

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