Cuando nos enfrentamos a este tipo de situaciones es común que surjan muchas preguntas que a veces no tienen respuesta inmediata, ya que los padres están ocupados en resolver una gran cantidad de problemas como el ¿quién tendrá la custodia de los hijos?, ¿cómo van a sostenerlos?, ¿donde van a vivir?, ¿cómo enfrentarán la sensación de fracaso al ver que su relación no fue como esperaban?, ¿qué van a decir los demás y cómo van a juzgarlos?, etc. Por lo cual, es indispensable que como hijos, nos demos la oportunidad de deslindarlos de responsabilidades para dejar de sentirnos culpables y tratar de comprender que, sin duda, nuestros padres tuvieron razones suficientes para llegar a esa decisión y que a pesar de todos los cambios que se van a experimentar, nuestros padres siempre nos van a amar y en algún momento podremos convivir con con cada uno de ellos.
No hay que olvidar que todos (padres e hijos) deben darse el tiempo necesario para comprender sus sentimientos, aceptar y aprender a manejar un nuevo sistema de vida y relación. Mientras tanto, es posible solicitar ayuda , buscar apoyo entre los amigos que sabemos que nos quieren y puedan comprendernos sin juzgarnos: siempre encontraremos a alguien que sea capaz de escucharnos y compartir con nosotros lo que estamos viviendo.
