Aun cuando actualmente el divorcio es una situación "aceptada" socialmente y que ya no es un enigma o marca el hecho de ser hijo(a) de padres divorciados, la realidad es que los efectos que la separación de los padres tiene en los hijos sigue siendo muy fuerte, a menos que exista realmente una decisión compartida, manejada con gran cuidado, sinceridad y respeto entre ambos miembros de la pareja y de éstos con los hijos.
Cuando nos enfrentamos a esta realidad, además de los cambios que se experimentan internamente, se presenta también una larga serie de cambios con los que debemos empezar a vivir, dentro del que hasta entonces era nuestro sistema de vida. Por lo general, no es tan sencillo comprender tales cambios, pues no son conocidas sus causas reales.
Cuando esto sucede, es común que surjan múltiples preguntas que frecuentemente no tienen respuesta, pues ¿Quién podría darlas? Los padres suelen estar demasiado ocupados en resolver una gran cantidad de problemas inmediatos que se presentan ante estas situaciones.
No hay que olvidar que todos (hijos y padres) deben darse el tiempo necesario para comprender sus sentimientos, aceptar los cambios y aprender a manejar un nuevo sistema de vida y relación. Mientras tanto, es posible solicitar ayuda, buscar apoyo entre los amigos que sabemos que nos quieren y pueden comprender nuestros sentimientos sin juzgarnos: siempre encontraremos a alguien que sea capaz de escucharnos y compartir con nosotros lo que estamos viviendo.
Mensaje protector: cuando los padres se separan, todo cambia. Sólo recuerda que los divorciados son ellos, pero tú sigues teniendo padre y madre. Reconocer esto y hablar con ambos sobre tus sentimientos puede aliviar tu dolor.
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