En ocasiones, sobre todo durante
la adolescencia, al salir con los amigos a una reunión, al parque o a algún
centro comercial, se empieza a platicar, a “ligar”, a jugar o a divertirse y
algunas personas empiezan a salir de control por impulsivos o por consumir
alcohol u otra droga y no tardan en aparecer las clásicas bromas pesadas. La
gente empieza a molestarse y, como ya no se tiene el mismo control sobre las
emociones, puede ocurrir que alguien pase y nos empuje (sin querer o a
propósito), que al poco rato empiecen los empujones, las discusiones y sólo
unos minutos después ya se están dando de golpes. Entonces llegan los amigos de
un lado y los del otro a “ayudar”, y cuando nos damos cuenta ya es un verdadero
pleito de “todos contra todos”. Quizá si hubieran estado en otra condición no
habría sucedido lo que pasó, tal vez si la gente supiera medir hasta dónde es
una broma y a partir de cuándo esto se convierte en agresión y, si estuvo de
por medio el alcohol o si éste no hubiera estado presente, quizá las personas
habrían tenido la oportunidad de controlarse y no responder a la agresión,
evitando así lastimar y salir lastimados.
Mensaje Protector: las sustancias
tóxicas afectan el sistema nervioso y, por tanto, a nuestra conducta y
emociones. Al probar sustancias tóxicas, el auto control disminuye notoriamente
y el riesgo crece; contra ello, la mejor protección es no consumirlas.
Cuando la ira, el coraje y los
impulsos invaden mi cuerpo, detenerme un momento a respirar profundamente y
relajarme me devuelve el control y me da claridad sobre lo que siento.
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